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domingo, 24 de octubre de 2010

Caminando al amanecer desnudo en la playa



Este es el último día en Jaco, me despierto a eso de las 5 am y el sol esta apenas salinedo. Aún cuando hace algo de frío, se puede apreciar que pronto el sol calentará, nuevamente uso solo una pantaloneta y unas sandalias de playa.

A pesar de la hora, ya algunas personas están en la playa, así que decido ariesgarme a cruzar la corriente de agua al final de la playa e ir a la porción de playa que es innaccesible. La corriente es fuerte por lo que subo tratando de determinar donde cruzar el no tan poco profundo río. Nado un poco y alcanzo la otra orilla un poco asustado, pero a salvo. La arena en las orillas me jala y mis sandalias se llenan de arena, pero con un buen esfuerzo logro salir del agua.

Un poco cansado y contrariado por luchar un poco con el agua, y me dirigo tociendo hacia la pequeña playa vacia. Miro atrás para comprobar que nadie este cerca o que me ven y sin mucho pensarlo decido quedar desnudo, por lo que bajo mi pantaloneta y me la quito, y camino desnudo bañado por el sol.

Camino despreocupado mirando la corta playa y sintiendo el sol en mi cuerpo. Aún cuando me senti amenazado por lo fuerte de la corriente, estoy algo exitado por lo vivido y una erección se empieza a gestar. Al llegar a la mitad de la playa, puedo notar un movimiento en la parte interior de la pequeña montaña. Unos tipos recogen agua mientras miran la escena sorprendidos, se acompañan de perros que parecen mirar amenazadores. Sin más levanto la mano en señal de saludo, mientras sigo caminando hacía delante, donde termina la playa e inicia un estero. Sin mucho afán, levantan la mano en saludo, para luego desviar la mirada.

Esta situación me provoca una nueva exitación ante la amenaza de otros hombres y el hecho de estar completamente desnudo ante ellos. Pero sigo mi camino comprobando que no me siguen.

Adelante, el estero es perfectamente transitable y el agua salada acumulada esta tibia por el sol que empieza a calentar... Busco la charca más apropiada y sin mucho, me acuesto tratando de aprovechar esa agua tibia. A lo lejos veo a los hombres cargando unos valdes, alejandose mientras comprueban mi presencia. Primero uno, luego el otro... y así hasta alcanzar casi la esquina de la montaña por donde pronto desaparecerán. Sin mayor apuro empiezo a tocar mi miembro apenas erecto, buscando exitarlo y hacerlo crecer. Ambos se detienen al mirar la escena, miran por un momento, pero luego deciden seguir su camino.

Como ya he empezado, decido terminar lo que inicié mientras el sol va calentando, unos momentos luego las gotas blancas flotan en el agua, mientras mis jadeos van cesando y mi trato de recuperar mi respiración. Me lavo un poco y camino un poco más por el estero. El sol ya empieza a calentar con fuerza, por lo que giro para volver a la playa de Jaco. Mientras camino, nuevamente las figuras aparecen en la esquina lejana, las pantalonetas roja y negra parecen conocidas al igual que sus gorras, sin embargo no veo sus camisas o zapatos, por lo que me pregunto lo que pasará ahora.

Mientras abanzan parecen discutir o hablar, no sé decirlo, pero parecen tramar algo. Mi corazón se acelera, mientras concidero ponerme la pantaloneta antes de llegar a acercarme a ellos. Para mi sorpresa, el más pequeño mueve sus manos a la cintura y haciendo un movimiento lento, se quita esta, quedando desnudo. A su lado, el segungo tipo me mira, luego a su compañero y sin más, imita los movimientos quedando desnudo también, ambos miran hacia el otro lado... como esperando que nadie pueda juzgar lo que pasa. Sin mucho apuro tiran sus pantalonetas a la arena y deciden acercarse al mar a mojarse. El mar esta fuerte por lo que no se alejan mucho, pero mientras sigo caminando veo como salen acercandose a donde estoy. Son jovenes, tal vez de unos 17 o 18 años, pero bastente bien desarrollados.

Para cuando estoy cerca puedo ver sus erecciones. Saludo con la cabeza al tiempo que miro sus jovenes cuerpos. Sonrien nerviosos y yo sigo caminando mientras paso casi frente a ellos. Sigo sin mirar un rato, pero la curiosidad me gana, giro brevemente para ver como ambos se han sentado en la arena y se masturban energicamente.

Tal parece, tengo show privado, por lo que miro brevemente mientras mi pene crece de nuevo. Los chicos no me miran cierran sus ojos mientras saben que los observo. Por lo que los imito y me tumbo en la arena a masturbarme mientras se extasian y tiemblan, apurando el paso, calculando llegar antes que ellos. Sus jadeos me hacen estremecer y la erección es completa en unos pocos segundos. Los chicos, seguramente hermanos o tal vez primos siguen su acto, observando a ratos con divertida picardia todo el conjunto. El primero se inclina un poco cuando los primeros chorros saltan por la arena, para luego estirarse y relajarse... unos momentos después, el segundo lo sigue, mientras siento mi preciado liquido arder mientras se abre paso hasta salir chorreado varios centimetros más allá.

Ambos chicos sonrien picaramente, yo me levanto y me pongo la pantaloneta mientras saludo y me giro. Ambos parecen decepcionados, posiblemente esperaban una retribución monetaria. Pero salgo ileso y deslechado, satisfecho por la suerte que me ha tocado.

Desnudo en Jaco...



(la imagen es de caracter ilustrativo)

Este fin de semana compartia con unos amigos un paseo a Jaco. Como todos saben, esta playa no es nudista... pero hay algunos riesgos que me gusta correr.

El sábado pasamos en la piscina de nuestro hotel hasta casi las 6 de la tarde, cuando empezó a oscurecer y llovía bastante. Mientras todos se fueron a duchar y cambiarse de ropa, decidi irme a la playa. La oscuridad era bastante cerrada y solo se percibian sombras a todos lados. Los demás hoteles se encontraban a escasos 100 metros de la playa y aunque se veían bien iluminados, me pregunté que tanto distinguian hasta donde yo estaba. Yo solo usaba mi pantaloneta y unas sandalias.

Sin demoras, y con el morbo que siempre me destaca por hacer nudismo, me baje la pantaloneta y quede como vine al mundo, la lluvia golpeaba fuerte sobre todo mi cuerpo castigandolo como pequeños latigos y a pesar del frio, mi miembro se vio estimulado y se irguió poco a poco.

Camine a lo largo de la playa sin encontrarme a nadie y mi erección iba y venía, cada vez que veía pequeños movimientos en las sombras a corta distancia. Descozco si podía ver al hombre desnudo a lo lejos, pero decidí seguir con naturalidad.

Unos 20 minutos después estaba llegando al final de la playa, donde un pequeño río corta el paso a otra pequeña playa. Ahí decidi sentarme en la arena y juquetear con mi pene semierecto, decidido a experimentar un buen sobo, bajo la lluvia, en la arena, cerca del mar...

Mientras mi respiración se aceleraba, tiraba y frotaba mi pene sin compasión, tratando de alcanzar un orgazmo intenso y prolongado, mi cuerpo caliente era castigado por la lluvia como pequeños latigazos, lo que hacía que mi exitación creciera más...

Mientras sentía mi semen cada vez más pronto, frotaba con mi mano libre mi pecho y aumentaba el ritmo, para acelerar la salida del preciado liquido blanco. Deje escapar mis quejidos y jadeos mientras en la oscuridad y con los ojos cerrados, gozaba mi propia sexualidad. El chorro intenso y tibio golpeo mi abomen y mi carne tremula se mecía sin control en un exitante orgasmo.

"Que rico!" La expresión venia de mi costado izquierdo, por lo que abrí los ojos asustado y tratando de encontrar al personaje que me había pillado. A mi lado un tipo bastante bien formado me miraba, y aunque estaba oscuro, pude ver una sonrisa divertida y picara a la vez.

Me recline y sin saber que decir, replique "Hola!" Mi pantaloneta estaba a varios metros de donde yo estaba, por lo que no pensé en tratar de alcanzarla.

"No pensé que cosas así pasaran acá" me replico. Yo miraba a todas partes, tratando de descubrir si aluna otra persona o vehículo se encontraba cerca, sin embargo solo la oscuridad nos rodeaba. Un rayo ilumino un poco y pude comprobar que al igual que yo, solo usaba una pantaloneta larga. Su torso desnudo belludo como el mio, estaba bien proporcionado, y sus brazos y piernas lucian musculosas.

"Ah Bueno!" solo atine a decir, mientras trataba de quitar el semen de mi estomago con la lluvia que caia. El movimiento del tipo me llamo la atención, ya que se inclinaba hacia mi, lo cual me hizo saltar un poco por lo sorpresivo de la situación. Sin embargo no se inclinaba hacía mi, se inclinaba para quitarse la pantaloneta, mostrando un pene largo y un tanto erecto, bastante más blanco que su torso, brazos o piernas. Luego con un movimiento fuerte de su brazo lanzo la pantaloneta hecha un puño, hacia la mía que estaba más allá. Algo pesado en la pantaloneta la hizo cruzar el viento como una flecha y cayo a poco más de un metro al lado de la mía.

Sin más, se agacho y se sento a mi lado, extendiendo su mano en saludo "Carlos"... "Sobon" respondi... "mucho gusto". Había extendido la mano que yo había usado para sobarmela, pero la tomo sin inmutarse mientras parecia sonreir.

"A veces uno necesita desahogarse" me dijo.
"Si, eso intentaba" respondi, al tiempo que veía como se empezaba suavemente a masturbar. Lo cual hizo que una nueva erección empezara a llegarme.
"Yo estoy con mi familia, pero no puedo hacer esto alla" agrego "Te importa".
Negue con la cabeza, mientras se inclinaba para acostarse en la playa, masturbandose al tiempo que con su mano, acariciaba su pecho y abdomen. Mientras yo hacía lo mio con mi pene, él tipo jadeaba y se estremecia y ambos experimentabamos un estremecimiento por el placer de hacer algo tan prohibido en una playa completamente pública.

Al poco rato el se vino, por lo que me eche en la arena y di nuevamente rienda suelta a mi pene hambriento. Para cuando me vine escuche la misma expresión y vi su cara de satisfacción al compartir algo que definitivamente solo pueden experimentar dos amigos con madures para sobarsela en las formas más inimaginables.