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viernes, 13 de agosto de 2010

Sobo comprando ropa

Desde hace bastante tiempo tengo dos grandes pasiones: el sobo y usar tangas e hilos dentales de licra, para hombre. Obviamente, este tipo de prendas no es facil conseguirlas, pero en una tienda en el centro de San Jose las vendian de todas tallas y tamaños, y varias veces fui a comprar.

Al principio, la compra era normal, llegaba, escogia una o dos, compraba y listo. Luego, un vendedor nuevo me dijo un dia que podía probármelas antes de comprar, a lo cual accedí para asegurarme de que me quedaban bien. Cuando me probé la primera el vendedor me dijo que si podía ver como me quedaban, y me dijo que pura vida.

Otro día llegué, me atendió el mismo mae y me probe la tanga que iba a comprar. La situación me produjo un poco de morbo, por lo que me templé y mi pinga empezó a apuntar para abajo. Cuando el vendedor me dio su opinión, me dijo que la tanga me quedaba bien pero que se veria mejor con el pene apuntando hacia arriba, y con su propia mano la acomodó de esa manera. Yo no le di mayor importancia, por lo que me vestí, pagué y me fui.

La siguiente vez procedí de igual manera, e igual me templé. Solo que esta vez, el vendedor en lugar de acomodarme la pinga, me bajó la tanga, por lo que quedé en el probador desnudo, solo con la tanga por las corvas, y con una buena erección. Yo hallé la situación super morbosa, y lo unico que pense fue en agarrarle la pinga al mae, que tambien estaba bien erecta, y bajarle los pantalones y boxer. Asi que ahi estabamos los dos con la picha al aire, y nada más nos vimos a los ojos y sin decir nada empezamos a sobarnos el uno al otro, dentro del vestidor, sin que nadie nos viera.

En ese momento, nuestras manos se deslizaban suavemente sobre el pene del otro, y tambien nos acariciamos los huevos y el culo, y el muy suavemente gemia de placer, y yo también. Recuerdo lo mucho que disfrute de la situación y de la mano experta de ese vendedor, creo que pasaron unos 5 minutos de puro placer cuando sentí que me venía, me salió una cantidad de leche tremenda, que fue a pringar al vendedor, al poco el también se vino y me lleno el abdomen de una leche calientita y espesa.

El se subio los pantalones y salio, y yo me vestí y salí y pagué como lo mas normal. Luego de eso la tienda se llenaba mas por lo que no pudimos repetirlo en la tienda, aunque quedé deseoso de un poco mas...