They do it 2!

De no ser Aries, es muy probable que mi segundo signo hubiese sido Géminis, y no es porque me guste algo de esas majaderías, no obstante en algunas ocasiones siento que tanto misticismo por las estrellas, tienden a afectarlo a uno. Pero el punto no radica aquí, mi idea es explicar cómo me vine a topar con uno de los encuentros casuales más enriquecedores de mi put@ vida.

Resulta pues que como Géminis tiendo a vivir en dos espacios: el primero como abnegado(a) estudiante cuyo objetivo es conseguir o labrarse un futuro (aquellos que sepan de lo que hablo de seguro se sentirán reconfortados de que existe alguien tan anormal como ellos) y el otro lado, es uno muy oscuro, un ayudante del demonio esperando el mínimo de los estímulos para dejar llevarse por cualquier placer pecaminoso suelto por allí… ¿sufre alguien más de esta esquizofrenia? Si es así por favor acudan de inmediato a un psicólogo no vayan a quedar como yo.

Un martes decidido mi demonio interior a sujetar con fuerza bruta al déspota solidario y amante de la naturaleza…esa cosa con deseos de superación y amor al prójimo; tomó no sé de donde ánimos y con un artificio para nada despreciable, me vino el infeliz a provocar una erección en media oficina... ¡Mierda! –pensé, no bastó anoche –solo desde luego, para calmar las ansias de este degenerado (no tiene género aún).

Sin más remedio que tomar unos cuantos folders del escritorio y con la excusa de estarme cagando –digo con los amigos uno tiende a utilizar esa clase de vocabulario, me dirigí de inmediato al baño: desafortunadamente y a pesar de los sensuales movimientos de mi mano, no lograba calmar al pedazo pecaminoso ese: ¡esto no es cuestión de mano! –pensé. ¡Nooooo! –me dijo una voz interna, va más allá…es cuestión de put@s…¡put@s! ¡O lo primero que se ponga en frente! –terminó de replicarme.

Obviamente yo estaba en una pieza, pensar que mi propio cuerpo tenía la facultad para pedirme pecar, ¡coño! O estaba loco, o de verdad habían pasado 70 primaveras sin enterrar al muerto, o aflojar el huec…… (no vale la pena ser tan explícitos). La cosa es que, decidido a ponerle fin a mi tortura, esa misma noche y luego de mil malabares para evitar que todos se fijaran en mi templazón, fui a buscar una put@...¡o lo que fuera!

Luego de dar vueltas por San Pablo/Pedro/José me la encontré…allí en una esquina, con una cara de ensueño, apretada hasta las t-tas, llena de un maquillaje espantoso, comprado seguro en una tienda al por mayor: ¡Sí! Era hermosa y cada vez que tosía debido a su probable enfisema pulmonar causado por el uso excesivo de tabaco, su cabello maltrecho por alguna que otra revolcada, tendía a ondularse de una forma tan sexy, que allí mismo volví a sufrir la misma maldita erección……………….

++++++++(Hasta aquí la primera parte…poner tantas letras en orden me da una put@ pereza que mejor lo voy haciendo por partes)+++++++